Tu Biblia dice: «Haces que los manantiales viertan sus aguas en las cañadas» (Salmos 104: 10).
CAÍA LA TARDE. Los niños se habían divertido con sus juguetes y ayudando a su mamá. Llegaba la hora de prepararse para la cena, pero antes debían tomar un baño.
-Mamá, yo no me voy a bañar, ¿verdad? —preguntó Rafa.
-¡Claro que sí!, será un baño rápido para que estén listos para cenar. -¿Por qué tenemos que bañarnos cada día? preguntó Giara.
-Es uno de los mejores hábitos que pueden tener. Es necesario que el cuerpo esté limpio. Constantemente desechamos impurezas a través de nuestra piel y el baño diario nos conserva limpios y ayuda a descansar mejor durante la noche. El agua es muy buena, por fuera con un buen baño y por dentro, cuando la bebemos.
—¡Yo primero! —adelantó Giara.
-Está bien —contestó Rafa—, yo esperaré mi turno.
¿Te gusta bañarte? ¡Qué bueno! Pide a Jesús que te ayude a mantener limpio tu cuerpo para que crezcas sanamente.
Materiales: Cuaderno de trabajo, lápiz y lápices de colores. Actividad: Ayude a su niño(a) a dibujar las cosas que usa para bañarse.
Porque eres de Jesús, conserva limpio tu cuerpo al bañarte diariamente.
Lecturas devocionales para los más pequeños 2015 «Eres de Jesús» Por: Noemí Gil Gálvez