«Sopórtense unos a otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes» (Colosenses 3: 13).
En esta mañana me gustaría presentarte a una extraordinaria cristiana. Si ya la conoces, seguro que compartes mi opinión sobre ella. Su nombre es Corrie Ten Boom.
Corrie vivía con su padre y su hermana Betsie en Holanda, Europa, y tenían una relojería. Cuando el ejército de Hitler invadió Holanda y comenzó a perseguir a los judíos, la familia Ten Boom se ofreció a esconder a sus vecinos judíos en el ático de su propia casa. Esta familia cristiana ayudó a muchos judíos y los libró de morir en manos de los nazis.
Cuando fueron descubiertas, Corrie y Betsie fueron trasladadas a un campo de concentración llamado Ravensbrück, un lugar inhumano y cruel destinado a torturar y matar a los prisioneros. Betsie fue una de sus víctimas, pero Corrie sobrevivió.
Después de la guerra, Corrie escribió un libro en el que relató sus experiencias, titulado «El refugio secreto». El libro también fue llevado al cine. Corrie viajó por todo el mundo hablando a los cristianos del amor de Dios y de cómo se puede demostrar incluso en prisión.
Una noche relató su experiencia frente a una gran congregación en Munich, Alemania. Después de aquel acto, un extraño se aceró a ella y le extendió la mano. Corrie reconoció inmediatamente a aquel hombre: era uno de los guardias del campo de concentración de Ravensbrück. El odio la invadió al recordar todas las atrocidades que aquel hombre había cometido contra su hermana y contra ella. Sin embargo, al momento, el odió desapareció y fue sustituido por una ola de amor.
Corrie extendió su mano y cogió la de aquel hombre que se había convertido al cristianismo. «Si perdonamos a nuestros enemigos —dijo Corrie— experimentaremos el océano del amor de Dios como nunca antes».
Me gusta mucho esta parte del océano del amor de Dios. Es un milagro, el milagro del perdón. Solo el amor de Jesús es lo suficientemente fuerte para borrar el tipo de odio que Corrie y aquel guardia nazi habían sentido el uno por el otro. Solo el amor de Jesús puede permitirte perdonar a aquellos que te hacen daño. El milagro del perdón merece el esfuerzo
Tomado de: Lecturas devocionales para Menores 2014 “En la cima” Por: Kay D. Rizzo