«El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:10)
Gary y sus amigos se apresuraron a salir de la cueva justo antes de que ésta los enterrara vivos. ¿Qué dirección debían tomar en medio de la tormenta? ¿Debían caminar hacia la izquierda o hacia la derecha? Escoger la dirección equivocada podría significar la muerte. Si tomaban la dirección correcta, llegarían hasta una cálida y segura posada. Los días siguientes, los chicos sobrevivieron una avalancha, cayeron en una grieta, tuvieron que cavar seis túneles y fueron cubiertos una vez por la nieve.
Acalambrados, empapados y casi con hipotermia, entraron a su sexto refugio de nieve, sumamente pequeño. Pasaron los días leyendo la Biblia, las noches cantando himnos. Cuando se les acabó el combustible, la hornilla de gas les dio calor cinco días más. Después usaron una vela y su calor corporal para derretir nieve y poder tomar agua. La comida se les acabó al noveno día. Gary recordaba mucho a su padre, especialmente varias discusiones que habían tenido. Estaba seguro de que su papá lo estaba buscando. Y efectivamente, junto a varios rescatistas estaba peinando la montaña. Varias veces los chicos oyeron los helicópteros y salieron del refugio pero las hélices agitaban la nieve, bloqueando la visibilidad.
Durante su decimosexta noche en la montaña, los chicos salieron del refugio y por fin encontraron un cielo claro y estrellado. A la distancia pudieron ver las luces de la ciudad. Debatieron si debían arriesgarse a bajar antes de que amaneciera. Finalmente, decidieron que era más seguro permanecer donde estaban hasta que hubiese luz para ver el camino. A la mañana siguiente, un miembro del equipo de rescate los vio. Ya en la posada, los chicos se enteraron de que eran unos héroes. Todos los expertos estuvieron de acuerdo en afirmar que fue la fe de los chicos en que serían rescatados lo que salvó sus vidas. Ellos simplemente se negaron a abandonar su fe, por muy mala que fuera su situación.
Hoy, años después, Gary está transmitiendo a sus hijos esa misma fe que él mostró durante esos dieciséis difíciles días en los que estuvo perdido en el monte Hood.
Tomado de: Lecturas devocionales para Menores 2014 “En la cima” Por: Kay D. Rizzo