«Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos»
(Hebreos II: I).
¿Alguna vez te has preguntado qué hace que algunos granos de maíz exploten y se conviertan en palomitas de maíz, y otros no? Si colocas diez granos en fila, ¿puedes saber cuáles van a explotar? ¿Por qué no podemos colocar nuevamente en el microondas los granos que no explotaron para hacer un segundo intento? Después de todo, dice el refrán que «el que la sigue, la consigue», ¿no? Bueno, para mí tenía sentido hasta que descubrí el secreto de las palomitas de maíz.
El secreto para que las palomitas de maíz exploten está en el grano. Cada grano de maíz o tiene una gota de humedad oculta en su interior, o no la tiene. Si tiene la gota de humedad, el calor convertirá esa humedad en vapor. Como el vapor ocupa más espacio que el líquido, se genera presión hacia el centro del grano, haciendo que explote.
El resultado es un ejemplar de palomita de maíz blanco, mullidito y delicioso. Ahora, si esa humedad no está presente dentro del grano, este simplemente se quedará caliente en el fondo del envase. Por eso, aunque lo intentes de nuevo, ese grano nunca explotará. Si no tenía humedad interna en el primer intento, mucho menos en el segundo. Tiene sentido, ¿verdad?
Piensa ahora en esto: Bien sea que tus padres sean creyentes en Dios o no, cuando van al supermercado y compran una bolsa de maíz para hacer palomitas, no interrogan al vendedor sobre el contenido de la bolsa. No exigen pruebas de que los granos de la bolsa contienen la humedad necesaria para que se conviertan en palomitas.
Prácticamente compran la bolsa de maíz por fe: fe en el vendedor, fe en el distribuidor de alimentos, fe en el productor agrícola, y fe en el Creador.
La fe es así de sencilla. La Biblia dice que «tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera [una bolsa de deliciosas palomitas de maíz]; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos [de que hay una gota de humedad dentro del grano]». ¿Por qué a la gente se le hace tan fácil creer en un grano de maíz que todavía no ha explotado, pero tan difícil creer en el Creador que puso la humedad dentro de ese grano?
Tomado de: Lecturas devocionales para Menores 2014 “En la cima” Por: Kay D. Rizzo