Lugar: Noruega Palabra de Dios: 1 Timoteo 6: 10,11
Karl había salido hasta tarde por la noche, y cuando volvió a su casa, en las islas árticas de Lofoten, en el noroeste de Noruega, la temperatura exterior había bajado mucho. «Hace frío esta noche», pensó, mientras se arropaba más con su abrigo y caminaba hasta la puerta de su casa.
Qué bien se sentía estar adentro. Pero, al quitarse el abrigo, Karl sintió todavía un poco de frío. Caminó hasta la sala, y vio un tenue resplandor procedente de la estufa de leña. «Voy a avivar el fuego», decidió Karl. Y, sin pensarlo, tomo un puñado de papeles que estaba al lado de la estufa y lo echo al fuego.
-¡Oh, no! -exclamó Karl cuando se dio cuenta de lo que había hecho.
Intento sacar los papeles, pero ya era demasiado tarde. Las llamas habían devorado todo lo que había arrojado a las brasas.
Hundiéndose en su sillón, Karl se quedó sentado allí, mirando la estufa a leña. «No puedo creer lo que acabo de hacer», pensó, sacudiendo su cabeza lentamente. Esa tarde, había vendido una pieza de arte, y entre la pila de papeles había un sobre con 2.400 dólares en efectivo. ¡Ahora, habían desaparecido!
Esto muestra que el dinero no dura. Ya sea que lo gastes, lo quemes o trates de ahorrarlo, no llevaremos dinero al cielo. La Biblia dice: «El amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores». En lugar de ello, debemos «seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad».
Tomado de: Meditaciones Matinales para Menores 2013 “En algún lugar del mundo”